Mi experiencia profesional
comenzó en Lemona, un pueblo de Vizcaya, en el año 1978, ya ha llovido. En ese
colegio aprendí a trabajar por lo que entonces se conocía por proyectos, un
tema que el propio profesorado iba desarrollando en que se incluían todas las
áreas, se prescindía de los libros y los alumnos trabajaban por rincones. Además, un día a la semana se hacían talleres
conjuntos de plástica, Ed. Infantil y Primer Ciclo, todos basados en la
creatividad, por los que rotaban los alumnos. Pasábamos mucho tiempo juntos,
tanto en actividades escolares: programar, pensar, crear, compartir como
extraescolares: comidas, cenas, meriendas…pero, comenzó a priorizarse el
Euskera y nos vinimos a la Comunidad de Madrid.
Aquí encontré mi verdadera
vocación, Ed. Infantil, y tuve la suerte de caer en un colegio que tenía muchos
libros para hacer. Rellenaba cuatro fichas al día. Les cogí tal fobia que no
volví a usar libros el resto de mi carrera en este nivel. Otro hecho importante fue que cuando me
hicieron definitiva, al cabo de doce años, no podía impartir Ed. Infantil por
no poseer el título, yo era de Ciencias Sociales, y volví a la Universidad,
durante dos cursos, para conseguirlo. Tuve un buen profesor de matemáticas que
me abrió los ojos con la matemática manipulativa para Primaria. Llegó un
momento que comprendí que debía pasarme a Primaria por el cansancio acumulado.
He estado cuatro cursos en el
Segundo Ciclo, tres cursos en Ed. Compensatoria y dos en un Aula de Enlace.
Hitos importantes, desarrollo de la matemática manipulativa e ingreso en la
tecnología a finales del curso 2008. Nunca pensé que me podía atrapar tanto
pero como le dije a mi primer tutor en línea: “Estaba yo asomada a una ventana
viendo como pasaba el mundo, un poco aburrida de ver siempre lo mismo, cursos
de lengua, mate, plástica, bailes…y, de pronto, se me abrió una puerta enorme
que me conducía a otro planeta desconocido en el que tenía tanto que aprender
que nunca se acabaría y, de momento, ahí sigo con los ojos como platos”
El resto de tiempo que me queda
lo dedico a mis amistades, a mi familia, a pasear, a nadar, a ver películas, a
leer, a viajar y a pensar.
Mis expectativas respecto al
curso es verlo con los ojos muy abiertos para no perderme nada.